Estas escuelas estaban ubicadas en el Barrio Santa Isabel, en Utuado. De estas escuelas lo que quedan son las ruinas. Se cuenta que estas escuelas eran pequeñas y no tenían mucha matrícula. El señor Jesús M. Ostolaza estudió en la escuela Santa Isabel I para el año 1953. Dice que estas escuelas hace más de 30 años que las cerraron.
En las memorias que guarda el Sr. Jesús M. Ostolaza, cuenta que las escuelas estaban en un camino de tierra. Muchos de los estudiantes iban descalzos a la escuela y sus libretas o papeles las llevaban en la mano o amarradas todas juntas con un trozo de cordón. Los que tenían zapatos, llegaban descalzos hasta la escuela y luego se ponían los zapatos para que no se les dañaran mucho. Y luego, cuando salían de la escuela nuevamente se quitaban los zapatos y los cargaban en la mano hasta llegar a su casa.

También relata que su maestra de primer grado tenía un caballo. Y que en ese caballo ella iba a la escuela. La maestra tenía un ayudante que cuidaba del caballo hasta que ella saliera de la escuela. Él cuenta que su maestra se quedaba en una hacienda que había cerca de la escuela.
Cuenta que la maestra partía los lápices por la mitad, para que dieran para todos los estudiantes, y al final del día los recogía. La Sra. Hernández era la maestra de primer grado, era estricta con los estudiantes. Utilizaba una varita para darles a los estudiantes cuando no la respetaban.
En el comedor escolar se servían fideos, carne enlatada, galletas con mantequilla de maní y arroz blanco con habichuelas. Jesús dice que lo comedores escolares de aquellas escuelas no se comparan en nada con los comedores de las escuelas de hoy día.

Jesús cuenta que jugaban con canicas, palitos, y con matos o gallitos (como ellos le decían). Jugaban también a esconderse, y cuenta Jesús que ese juego era su favorito porque siempre ganaba.
Además cuenta, que aunque no estudió en la escuela Santa Isabel II, recuerda que era una escuela de nivel intermedio. Y al igual que la escuela Santa Isabel I, era una escuela pequeña. Los horarios de entrar a la escuela eran de ocho a tres de la tarde, igual que las escuelas actualmente.